sábado, 23 de enero de 2021

Aprender a pedir deseos - Capítulo I

Capítulo I - ¡Deseo...!

 Era domingo de verano, una chica llamada Naomi necesitaba ayuda para arreglar el sótano de su casa, los primeros en ofrecerse fueron sus dos amigos Edwin y Hernán, un par que haría lo que sea con tal de Naomi los voltease a ver con otros ojos.

Naomi: Espero que dejen éste sitio muy limpio, ¡Si ustedes querían ayudarme tendrán que hacerlo bien!

Hernán: ¿Estás bromeando, no? ¡Nunca terminaremos de arreglar éste lugar, dijiste que era un sótano no un búnker!

Naomi: Jaja, que chistosito. ¿Quieres ayudarme o no, tonto? Además, les pagaré bien. Quizás hagamos algo juntos, quien sabe... Por el momento vienen siendo mis esclavos.

Edwin: Eeeeh, eeh, confía en nosotros, ¿Si? ¡Éste lugar quedará reluciente en menos de una hora!

Naomi: Bien, los dejo para que se apresuren. Debo ir a arreglarme, iré a una fiesta.


Naomi es una chica proveniente de una familia con dinero, su papá es médico y se ha encargado de mantener un estatus social alto. Por otro lado Edwin y Hernán son de clase media, chicos que se podrían decir «del montón».

6 horas más tarde.

Hernán: Esto es imposible hermano, no importa cuanto movemos siempre hay más cosas y todo está muy pesado.

Edwin: Mira el lado bueno, ya avanzamos mucho y nos pagarán, y créeme que yo necesito dinero, pero... ¿A que crees que se haya referido con hacer algo juntos?

Hernán: No tengo idea, pero ojalá al fin se deje coger la muy perra. Siempre se hace la difícil por su enorme culote, y ella sabe que desde que somos niños me ha gustado.

Edwin: Si... Ella es muy guapa, que no daría por tener algo con ella.

En lo que los chicos ordenaban las cosas, pasaron a traer una caja la cual cayó, abriéndose, dejando salir rodando una esfera de cristal rojo.

Hernán: ¡Mieeeerda! Naomi nos va a matar si rompemos algo.

Edwin: (Con la esfera en las manos) Mira esto loco, parece un viaje a las estrellas, esta bola es hipnotizante.

Hernán: (Abalanzandose hacia su amigo para quitarle la esfera) ¡Déjame ver eso!

Edwin: ¡Espera tonto no he terminado de verla!

El forcejeo de los dos amigos hizo que dejaran caer la esfera rompiendola, liberando polvo que empezó a materializar un ser pequeño.

Edwin: ¡Idiota mira lo que hicis...!

Ambos boquiabiertos no podían creer lo que estaban viendo.

Hernán: ¡Al carajo hermano, yo me largo!

Una voz extraña: ¡Espereeeeen! (Dejando a ambos chicos paralizados) Me han liberado, estoy muy agradecido con ustedes.

Hernán: (Más relajado) ¿Lo hicimos?

Voz extraña: ¡Así es! Y como muestra de mi agradecimiento les doy la oportunidad de que pidan un deseo, el que quieran.

Los chicos estaban incrédulos ante esas palabras, y entre el miedo y la emoción no se dieron mucho tiempo para pensar.

Edwin: (Sin pensarlo dos veces) Bien, ¡Deseo que el cuerpo de Naomi sea todo mío!

Hernán: Que hijo de perra, jaja. Entonces yo deseo que cada vez que Naomi me vea la verga se vuelva loca por mi.

¡Concedido! - Exclamó el ser extraño, esfumandose en la nada y dejando una nube de humo el cual envolvió a los dos chicos.

Hernán: ¿¡Que carajo es esto!? Me esta haciendo sentir demasiado débil...

Edwin: No puedo sentir nada... Me... desmayo...

Ambos, quedaron dormidos, el deseo fue cumplido y la magia hacía efecto, cada uno de ellos habrá despertado en sus respectivas camas a la mañana siguiente.

6:18 a.m.

Edwin: Mmmh, que extraño sueño tuve. *bostezo* Aún debe ser de madrugada, está muy oscuro aún.

— Mmm, que cansado me siento. (Empieza a dar vueltas en la cama acercándose cada vez más a la orilla de la cama y cae al piso) ¡Aaay! - dejó salir un pequeño grito un poco agudo, pero no le tomó importancia a eso, lo que si le llamó la atención es que sintió el suelo alfombrado, no era ese piso frío de cemento.

- ¿Que es esto? Desde cuando habrán puesto esto aquí. ¿Y por que está tan oscuro? (Desubicado se levantó a buscar donde prender la luz)

¡Lo encontré! *Click* 
...
....
.....


El chico quedó estupefacto al no reconocer el lugar donde se encontraba.

¿¡Donde estoy!?Dijo Edwin, dejando salir una voz chillona. El se percató de eso y trató de empezar a carraspear llevándose la mano al pecho, pero al llegar está ahí, sintió unos bultos, Edwin bajó la mirada y vio una mano delgada, pequeña con uñas largas y debajo de ellas un bra rojo que sujetaba unos pechos, que si bien no eran grandes, era algo que el obviamente no poseía.

Asustado se vio las dos manos, notó un mechón de cabello en su visión, llevo sus dos manos a la cabeza notando su ahora larga cabellera. Vio en el mueble frente a el un espejo y corrió para llevarse la sorpresa de que...

Edwin: ¡Estoy en el cuerpo de Naomi!





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