¿Por qué? - Capítulo VII

    

¿Por qué? - Capítulo VII

Asueto

Sinopsis: Un chico de 16 años se encuentra 

inexplicablemente atrapado en el cuerpo de otra persona.

Capítulo I

Capítulo II

Capitulo III

Capitulo IV

Capitulo V

Capitulo VI

Han pasado dos semanas desde que Alejandra y yo intercambiamos cuerpos. Hasta ahora, no me he metido en demasiados problemas. Su marido, Fabian, llega a casa bastante tarde de su trabajo en la construcción, y yo a veces no tenía suficiente energía para otra cosa que no fuera una pequeña charla y  los besos de buenas noches. Aunque algunas otras se disfrutan mucho... Dormir junto a el no es tan malo después de todo.

He tratado de aprender más sobre la vida como mujer, y el estilo de vida de Alejandra en particular. También he tratado de aprender cosas sin tener que requerir de los conocimientos de Alejandra, por ejemplo el ponerme correctamente los sujetadores me costó mucho, sobre estos pechos tan grandes, pero al final ya estoy acostumbrado.

Hoy es fin de semana, y al parecer iba a salir de la pequeña zona de confort que había conseguido crear para mí. Fabian organizó un pequeño viaje para los tres, así que saliendo de dar clases el pasaría por mi con Dani para ir hacia el aeropuerto, donde partiríamos hacia unas pequeñas vacaciones.

Ya había preparado mi equipaje, pero me sorprendió lo pesado que se sentía. Si bien este cuerpo es mucho más débil que el mío, la cantidad de cosas que metí a la maleta me pareció abrumadora. Por suerte, Fabian estaba allí para recoger la carga.

Normalmente los días en la casa no son tan interactivos por las ocupaciones de ambos, además que paso más tiempo cuidando a Dani. Pero durante el viaje, decidí tomar la iniciativa y comenzar la conversación. Fabian es una persona decente, y pareció sorprenderse cuando empecé a preguntar por el trabajo. Me dio la impresión de que ha sentido que he hablado muy poco con el. Eso ha sido bastante extraño para una pareja casada.

Llegamos al aeropuerto y subimos al avión sin ningún problema. Por el camino, me di cuenta de que muchos chicos e incluso algunas chicas me miraban. No era muy sorprendente teniendo en cuenta el tipo de ropa que Alejandra tenía en su armario: Llevaba un pantalón pegado y un crop top negro que dejaba poco a la imaginación.

Varias horas más tarde, por fin llegamos a nuestro hotel. Recordé que Alejandra me había pedido que hiciera todas las fotos posibles durante nuestra estancia, le conté sobre esto, así que le pedí a Fabian que me hiciera una foto delante del hotel.

Nos dieron un recorrido por el lugar, e incluso había una sala de juegos donde Dani se detuvo a jugar. Tan bella niña, aunque estaba en estado de alerta, no quería que le pudiera pasar algo o que otros niños la golpearan.

Cuando por fin llegamos a nuestra habitación, dejamos a Dani dormida en un cuarto aparte, estaba muy cansada y no era la única, lo único que yo quería en este momento era dormir, pero Fabian tenía otras cosas en mente. En cuanto cerré la puerta, sus labios estaban en mi cuello y sus manos me manoseaban el trasero. Me quedé visiblemente sorprendido, aunque supongo que debería haberlo esperado.

Fabian estaba muy caliente. Y como no estarlo, ha estado conmigo todo el día. Me ha visto el trasero cada que he pasaba por delante de él, y me ha visto el escote cuando he estado frente a él. Cada vez que mis pechos rebotaban, él ha estado allí para verlos, desesperado por tocarlos y jugar con ellos, pero no podía debido al entorno público.

Pero ahora, estábamos solos, y me tenía toda para él. No podía decir ni hacer nada por la conmoción, así que siguió tocando y acariciando mi cuerpo antes de que finalmente se diera cuenta de mi expresión.

— "¿Te sientes bien amor?", me preguntó. — "Lo siento, el vuelo después del trabajo me ha afectado mucho", le dije, lo que finalmente hizo que se echara atrás. Nos acomodamos un poco antes de que me hiciera una pregunta que parecía estar en su mente desde hace tiempo.

— "¿Has pensado en ello?" Me preguntó. — "¿Perdón?" Respondí, sin saber de qué estaba hablando. — "Nuestra charla de hace un par de semanas, sobre intentar tener otro bebé", respondió, dejándome completamente sorprendido. — "No creo que esté preparada todavía. Creo que deberíamos esperar unos meses más", logré soltar, y él asintió. Permanecí en silencio durante un par de minutos, pensando en esa situación, no había pasado por mi mente antes y tampoco quería ver a Fabian desanimado, así que volví a hablar. 

— "Sin embargo, he pensado en algo", dije. — "¿Oh?" Respondió con un tono curioso. — "Creo que deberíamos dejar de intimar hasta entonces, para que sea más especial", dije. Sonaba cursi, pero era mi mejor excusa para retenerlo hasta que volviera a mi antiguo cuerpo. En serio, el sexo con Fabian me estaba gustando demasiado, pero este golpe de realidad fue demasiado. Hablamos de ello durante un rato, y él aceptó, aunque de mala gana.

Pero eso no le bajó las ganas de ese momento, se acercó a mí y comenzó a besarme, y yo le correspondía, era algo que me volvía loco. Respiré con fuerza cuando sentí que me acariciaba los pechos con sus manos. Se acerco lentamente al cordón decorativo de la parte delantera de mi sujetador y lo desabrochó, dejando al descubierto mis dos grandes pechos en todo su esplendor. Fabian me llevó de nuevo a la cama y empezó a besarme los pechos. Las sensaciones que me producían sus besos eran absolutamente increíbles. Eran tan sensibles que no podía evitar gemir cada vez que su boca se acercaba a mis pezones.

Me arrancó los pantalones que llevaba y se puso encima de mí una vez más. En ese momento, pude sentir su erección furiosa clavándose en mis caderas, y sólo nuestra ropa interior la separaba de mi piel. No podía aguantar más. Nunca había estado tan caliente en mi vida. Necesitaba su pene. Oh, Dios, lo necesitaba. Siguió haciéndolo durante unos minutos, antes de bajar a besar mi cintura. 

— "Al menos déjame complacerte el día de hoy", me dijo mientras me veía a los ojos desde abajo. Yo sabía a donde iba, y estaba inmóvil, solamente pude cerrar los ojos.

No sé lo que me está pasando pero me encanta saber que está mirando. Me encanta la forma en que me habla y me mira. Lo hace mucho más caliente.

Una vez bajada mi ropa interior, se acerca a mi y lentamente da un primer lengüetazo sobre mi vagina, añadiendo su saliva. Gimo en voz alta. Esto me parece tan sexy, siento que está marcando su territorio, como si estuviera desatado, sin contener nada, animal.

— "Cumple, para mí, princesa", dice. — "Me encanta ver tu cuerpo moverse así. Dios, me excitas. Pienso en ti todo el tiempo, Alejandra."

Vuelvo a gemir. Estoy respirando muy fuerte y haciendo mucho ruido. Se siente tan bien. El está tan cerca. Puedo sentir la presión de su lengua alrededor de mi clítoris, esa dulce e intensa presión.

Entonces, de repente, la ola se abate sobre mí y los dedos de mis pies se curvan, mis piernas se endurecen y mi espalda se arquea cuando llego al orgasmo. Siento que me invade una y otra vez. Vuelvo a gritar mientras el placer me invade. Sólo puedo emitir ruidos de placer mientras el sigue devorándome y su lengua continúa moviéndose contra mi punto G. 

— "Oh, mmm, aaaaaah." dejé salir un enorme orgasmo y pude sentir liquido salir de mi, que vergüenza sentí al saber que le mojé así la cara pero que increíble saber que el hizo que me mojara así. 

Después de eso el se detuvo, subió lentamente dándome besos en el cuerpo, llegando hasta el cuello y finalmente a mis labios, para terminar besándonos intensamente. — "Te amo Alejandra", me decía mientras me besaba, y yo sin pensarlo y realmente sintiéndolo le respondí. — "Te amo Fabian"

Los besos continuaron hasta que nos quedamos dormidos.

— "Mami, despierta vamos a la piscina" se escuchaba del otro lado de la puerta, abrí los ojos y al parecer estaba solo en la cama.

— "Buenos días dormilona", me dijo Fabian, que estaba arreglando sus cosas para salir.

— "Buenos días cariño", le dije con una sonrisa. Se veía tan bien recién bañado, pensé en lo de ayer y empecé a ponerme caliente, al parecer lo de ayer fue tan intenso que me relajó demasiado. Sacudí mi cabeza y pensé. — "Demonios, esto ya es demasiado, ojalá todo esto termine pronto".

Me levante de la cama para poder revisar mi ropa y encontré un bikini de una pieza — "¡Bien pensado, deberíamos ir a la playa!" dijo Fabian. Suspiré, pero tal vez por fin podría relajarme un poco. Entré en el baño y me puse el bikini. Se me cayó la mandíbula cuando miré mi reflejo, y Fabian estaba igual. Me puse ropa encima y salimos a buscar algo para desayunar

— "¡Maldita sea! Esto será demasiado largo", pensé para mis adentros. Todo esto de salir en familia era muy extraño, pero me gustaba.

Y pues, después de unas semanas tan largas haciendo el trabajo de otra persona, creo que de relajación no está nada mal. Cuando llegamos, me senté un poco en el salón, antes de salir a nadar.

El nadar se sentía muy diferente en este cuerpo, me sentía tan expuesto y al parecer perdí mi habilidad en natación, pero seguía siendo divertido. Por supuesto, la mirada de muchos hombres no hicieron falta y tuve que aguantar los besos y las caricias de Fabian, pero valió la pena. 

Pasada la tarde decidí adelantarme a la habitación mientras Dani y Fabian pasaban un rato juntos, el siguiente plan era ir a cenar así que decidí arreglarme un poco, Fabian llegó al cuarto mientras me maquillaba. — "¿Te gusta lo que ves?" le dije con un guiño. — "Mucho", respondió, mientras se desvestía frente a mi para cambiarse. Cerca de las 10 de la noche, dejamos durmiendo a Dani y fuimos al restaurante, fue fácilmente la noche más divertida de mi vida. Además de la buena comida, Fabian me hizo reír mucho. Nunca me sentí tan feliz. Nunca me sentí tan... querido...

Mientras íbamos de vuelta a la habitación, reflexioné sobre estos últimas semanas, y sobre mi relación con Fabian. Ese sentimiento... estaba de vuelta con toda su fuerza. Pero esta vez, no me resistí. Sólo dejé que se apoderara de mí.

Entramos en nuestro cuarto. Justo entonces, Fabian me miró a los ojos, y yo le devolví la mirada. Esos ojos... Podía sentir el deseo, la lujuria. Se acercó más y más a mí hasta que nuestros labios se tocaron. No me resistí. Puse mis brazos alrededor de su cuello mientras lo sentía trabajar con su lengua. Es muy bueno besando.

De repente, tras unos minutos de besos intensos y apasionados, se separó de mí y me levantó con sus brazos. —  "¿Quieres llevar esto a otro nivel?", dijo, con la lujuria en su voz. No dudé.

—  "Mhmm, mmm...", murmuré mientras Fabian me llevaba al punto sin retorno de la excitación. Mientras lo hacía, podía sentir un bulto en sus pantalones frotándose contra mí, haciéndose gradualmente más grande. No era tonto, sabía a lo que esto conducía, pero no podía detenerlo. No... no quería detenerlo.

Fabian me tumbó en la cama, y luego saltó encima de mí. Nos besamos apasionadamente, y las manos de Fabian comenzaron a recorrer mi cuerpo. Me apretó el culo, haciéndome gemir en su boca. Nunca había sentido algo así, y quería más. Tiré de la camiseta de Fabian y él cooperó quitándosela, dejando al descubierto su musculosa figura. Seguí besándolo mientras recorría con mis manos sus duros abdominales. "Mi marido" estaba buenísimo, y me encantaba.

Las sensaciones eran cada vez más fuertes, hasta que finalmente gemí de puro éxtasis al sentir una enorme ola de placer en todo mi cuerpo. Esto era absolutamente increíble. Y aunque me asustara lo que dijo ayer, quería hacerle el amor a este hombre en este momento.

—  "No te preocupes, conseguí un globo para esta fiesta" me dijo mientras se ponía rápidamente un condón. 

Sentí una emoción enorme y le dije — "Dámelo todo." Como arte de magia nos desvestimos y Fabian había empujado su hombría y me había penetrado. Jadeaba, sin importarme nada.

Clavé mis uñas en su espalda mientras gemía con fuerza. Con cada gemido, con cada ola de placer, empecé a ver a Fabian menos como una molestia temporal y más como mi amado esposo. Con cada empuje de su gran y duro pene dentro de mi, podía sentir cómo se derribaban gradualmente los muros que separaban mi alma este cuerpo.

Las sensaciones no hacían más que aumentar, hasta que finalmente gemí de puro éxtasis al sentir una enorme ola de placer en todo mi cuerpo. Había llegado al clímax como mujer otra vez.

Pero mientras me calmaba, Adam siguió empujando. Entonces, sentí que el placer aumentaba de nuevo hasta que tuve mi segundo clímax. Esto era absolutamente increíble. No quería que se detuviera. Quería seguir teniendo sexo así para siempre.

Pero este placer, su increíble resistencia, el increíble vínculo y el amor que estaba forjando con Fabian, y todas las demás cosas que disfruté en esta nueva vida desde que nos intercambiamos. No pude evitarlo. Rodeé a Fabian con mis piernas y lo abracé del cuello. 

Grité su nombre en voz alta cuando sentí que empujaba una última vez antes de detenerse. Se desplomó sobre mí agotado por nuestro acalorado encuentro. Gemí ligeramente cuando se retiró.

Yo también estaba agotado. Me moví y giré hasta quedar en una posición cómoda entre sus brazos. La famosa posición de "cucharita". Sonreí mientras me dormía, más feliz que nunca.

A la mañana siguiente arreglamos nuestras cosas, era tiempo de volver a la rutina. El viaje de regreso me sirvió de reflexión... — "¿Todavía hay punto de retorno?"

Continuará....