jueves, 8 de diciembre de 2022

Tarjeta Rosa - Capitulo IV

Tarjeta Rosa



Capítulo IV - Balón dividido

Sinopsis: 
Paulo debe llegar a primera división, pero el camino no será como el pensaba.


Han pasado 4 días desde el sábado, ya me he empezado a sentir mejor. Había dejado de tener flujo, de hecho, ahora estaba muy bien. No más sangrado. No más cólicos. No más toallas femeninas. No más sentirse malhumorado. No más sentirse hinchado. Y espero con todas las ganas del mundo no volver a vivirlo, por suerte tuve a Jaqueline y a Rolando cuidando de mí, más a Rolando, después de todo él fue el causante de haberme lastimado.

Mi tobillo también está mejor, de hecho falté estos días de clases por qué no quería estar fuera de casa con el miedo de ponerme a sangrar, eso, y que no podía caminar del todo bien. Creo que aún no debería descuidar mi tobillo, pero la ansiedad se está apoderando de mí al retrasar varios días para practicar fútbol.

Hablando de eso, Jaqueline y Rolando no han parado de entrenar por las tardes, me he tenido que quedar en casa esperando a que regresen, bueno, últimamente Rolando ha ido directamente a dejar a Jaqueline a su casa, dice que se siente muy cansada al terminar y prefiere irse, con este serán 2 días sin verla, pero hoy estuvo bien, hoy juega la selección y que mejor que pasarlo entre amigos, sin que hayan mujeres escuchando. En cuanto él llegó empezamos a preparar lo que íbamos a comer mientras veíamos el partido.

— "Date prisa, están empezando a cantar el himno nacional." le dije a Rolando que estaba en la cocina.

— "Voy, nada más estoy buscando donde poner unos hielos." respondió.

Teníamos la botana lista, además de que Rolando pasó a comprar unas hamburguesas para cenar y unas cervezas. Pronto, estábamos juntos sentados en mi cama gritándole al televisor, bebiendo y cenando.


— "¡No puede seeeeer! 😰" gritamos al mismo tiempo cuando marcaron un penal para el equipo contrario. — "No puedo creer que hayan seleccionado a ese tronco para defender. 😒"

Se que no se esperaba mucho del equipo, pero ni siquiera lo están intentando, eso creí hasta este momento, el guardameta de la selección paró el penal quedándose con la pelota y rápidamente se preparó para despejar largo, todos los jugadores corren, el lateral derecho la recibe y con un pase preciso, el delantero habilitado remata cara a cara contra un portero confundido.

— "¡GOOOOOOL!" gritamos de enorme alegría.

El partido fue avanzando y la emoción provocó que no solo la comida se fuese consumiendo sino también las cervezas. No le tomé importancia pues se supone que ya estaba acostumbrado a beber alcohol, no importaba si ganábamos o perdíamos, significaba salir a tomar con los del equipo. Pero al parecer este cuerpo es nuevo en ese tema, y después de casi 10 latas de cervezas empecé a sentirme mareado.

— "Oye Paulo, creo que ya no deberías tomar más. 👀" me dijo Rolando.

— "¿Por qué *hip* dices eso mmmh? 🥴 ¿Por qué siempre te estás *hip* preocupando por mí?" le pregunté con seriedad. — "¿Es por qué soy mujer? ¿Crees que soy *hip* débil? 😠" agregué

— "Nooo, es solo que creo que te está afectando. 😥"

— "No tengo *hip* nada, mira." le dije mientras me paraba sobre la cama y empecé a saltar para demostrar que estaba bien.

— "Espera, Paulo, ten cuida…"

Empecé a tambalearme de mareo y terminé cayendo, antes de que mi cabeza terminara chocando con el piso pero Rolando logró sujetarme. — "Te tengo.", me dijo Rolando con una sonrisa, jalándome de regreso a la cama, lo que solo hizo que Rolando quedara encima de mí, me sentía tan mareado. — "¿Por qué *hip* te preocupas tanto por mí?" le pregunté y al verlo a los ojos el tiempo empezaba a detenerse. — "De… déjame ir", protesté a medias, extrañamente me gustaba tener a Rolando encima de mí de esa manera.



Se sentía muy raro, pero al mismo tiempo era algo bueno. Mis pezones se empezaban a poner duros, y mi entrepierna se sentía caliente y hormigueante. Con las mejillas rojas no podía dejar de mirar a Rolando arriba de mi, lo encontraba extrañamente interesante por alguna razón. Muy interesante.

Durante varios segundos, nos miramos, él sintiéndose cohibido, yo sintiéndome confundido. Rolando estaba ahí arriba de mi sin decir una palabra, yo estaba tratando de descifrar las cosas extrañas que estaba sintiendo mientras lentamente mi cuerpo se ponía caliente.

A Rolando solo le tomó un momento para darse cuenta de que yo parecía tener sentimientos similares a los suyos. Me miraba de una forma extraña, y yo solo podía sentir algo en mi entrepierna empujando la zona de mi vientre. Algo que inmediatamente reconocí como la misma parte del cuerpo que había perdido con el cambio.

Entonces, casi sin darme cuenta, me incorporé lo más que pude, mientras el se inclinaba hacia mi. Nuestros labios se acercaban temblorosos, vacilantes al principio, y luego con más confianza y fuerza. Pronto nos encontramos atrapados en un beso apasionado, sentí que estaba mal, solo que se sentía tan bien, ¿Será el efecto del alcohol?



Después de unos minutos, finalmente nos separamos del beso, nos miramos extrañados, aunque la pasión aún inundaba nuestros ojos. No sabía exactamente lo que pasaba pero lentamente él empezó a guiarme, yo solo estaba mirándolo levemente avergonzado, pero aún con deseo.

Con la mirada clavada sobre mi, Rolando llevó sus manos a mis senos y comenzó a frotarlos, yo antes lo había hecho pero no con la intención de disfrutarlo, ahora estoy asombrado de lo bien que se siente incluso a través de la tela. No podía creerlo. El tocaba nerviosamente mis pechos con sus propios dedos, la emoción que sentía solo aumentó.

— "Oooh", dejé salir ligeramente, —Eso… eso se siente bien".

Rolando sonrió, luego se lamió los labios con incertidumbre. — "Tus pezones están durísimos", me dijo en voz baja. Y en seguida me susurró: — "¿Puedo ver?".

Solo tardé un momento en pensarlo y, aunque me sentía un poco avergonzado, la idea de que Rolando me viera los senos me parecía emocionante. Era algo… atrevido. El empezó a quitarme la playera de la selección desde abajo y la arrojó al suelo justo después. Miró mis pechos desnudos y vio lentamente los pezones marrones que me sobresalían erectos.

Su mirada me estremeció tanto que me cubrí apenado con las manos cruzándome de brazos. Mi corazón palpitaba a mil por hora, ¿Por qué su mirada se siente así? Rolando se acercó tomando mi cara con sus manos y volvió a besarme. ¿Siempre se había sentido tan bien un beso? Empezó a bajar besándome, primero la cara, luego el cuello y con el cuerpo casi en modo automático, solté mis pechos y empezó a besarlos.



Sin que tuviera que decir una palabra más, Rolando comenzó a quitarse la camisa y los pantalones, dejándolos caer al suelo, exponiendo su erección para que yo la viera.

Esto ya estaba pasándose de la raya, pero no podía pensar con claridad, mientras yo estaba tratando de analizar la situación, una brisa de aire fresco recorrió mis piernas, Rolando aprovecho mi distracción para bajarme los pants. Por alguna razón, mientras más avergonzado estaba al mismo tiempo me sentía más emocionado, pude verlo viéndome, era una mirada que deseaba arrancarme la ropa interior, era lujuria palpable en el ambiente.

Ninguno de los dos dijo una palabra más mientras instintivamente nos uníamos de nuevo, podía sentir sus manos acariciando cada parte de mi cuerpo sumergiéndome cada vez más en nuevos y extraños deseos y sentimientos. Después de varios minutos, caímos en la cama, quedé acostado mientras Rolando se subía encima de mí, como lo había estado varios minutos antes de todo esto.

Suspiré de placer ante las extrañas sensaciones que asaltaban mi cuerpo. Nunca antes en mi vida me había sentido de esta manera y cuando instintivamente dejé que una mano me empezara a acariciar entre mis piernas. Mis ojos se abrieron con comprensión. — "¡Ee, espera! ¿Qué estás? ¡Oh!" le dije acompañado de un gemido de placer, y un momento después, él siguió acariciándome.

Durante los siguientes minutos, mi cuerpo temblaba mientras los dedos de Rolando se deslizaban con toda libertad, y con cada movimiento, el placer que sentía solo aumentaba. — "¡Esto… mmm… ¡Esto no está bien! ¡Ah!" Sentí una tensión increíble acumularse dentro de mi, dentro de mi entrepierna, lo podía sentir en mis pezones. Una tensión que solo se hizo más y más fuerte, llevándome casi a un frenesí por el placer.

Entonces, de repente, como una explosión dentro de mi, mandó olas de placer que se precipitaron por todo mi cuerpo, llenando cada centímetro de mi con el éxtasis más indescriptible. Rolando seguía frotando a través de la tela de la ropa interior que estaba empapada por haberme venido, y yo aún no podía aclarar la mente de tantas sensaciones.


Rolando se detuvo por un momento dándome la oportunidad de respirar, estaba jadeando tirado en la cama empapado de sudor, y mientras intentaba volver a mi pude ver cómo Rolando puso una mano en la parte delantera de sus boxers y mis ojos se abrieron de golpe. — "No 😰 No no no, ¡Espera Rolando detente!", dije mientras veía como Rolando estaba con su pene en la mano, la excitación se había apoderado de el, su rol dominante se había salido de control y mi borrachera se había esfumado casi por completo.

Traté de levantarme pero él me presionó contra la cama, podía sentir como empezaba a hacer a un lado la tela que cubría mi vagina y empezaba a acercarse, como si de recuerdos de Vietnam se tratarán recordé la situación con el entrenador hace unas semanas. Entré en desesperación, empecé a forcejear y con las lágrimas a punto de salir de mis ojos pude decir — "¡Por favor, detente!" 🥺

Rolando volvió a sí mismo, y en seguida metió su pene a su boxer, me soltó y se tiró a un lado, quedando acostados ambos uno al lado del otro viendo al techo, solo se podía escuchar la respiración de ambos.

De reojo pude ver cómo aún tenía la erección sobresaliendo de su boxer. — "Perdóname por dejarte así. 😥" le dije para romper el silencio.

— "Perdóname tu a mi Paulo, no se que me pasó. 😥" me respondió apenado. Hubo otro silencio y de pronto agregó volteándome a ver: — "¿Puedo abrazarte una vez más antes de irme?"

Mi corazón empezó a acelerarse una vez más, y antes de responder hice una remembranza de todo lo que él ha hecho por mi todos estos días, un abrazo es lo mínimo con lo que podía agradecerle.

Volteé a verlo conectando con su mirada, y sin decir una palabra apagué la luz y empezamos a besamos una vez más, junto con los besos se sumó el abrazo que me pidió y después de un rato de pasión, lentamente empezamos a quedarnos dormidos.


Desperté en la mañana, teniendo los recuerdos de anoche como si hubiese sido un sueño, abrí los ojos y de inmediato pude percatarme de la presencia de Rolando y yo estaba medio encima de el, corroborando que lo recordado de inmediato realmente había sucedido, me senté en la cama sintiendo el peso de mi pecho desnudo

— "No puede ser… 😰 ¿Qué he hecho?"

Rolando aún dormía pero sin importarme si lo despertaba, me levanté completamente y me fui casi corriendo hacia el baño. Una vez allí, metí una mano entre mis piernas, encontrando que aún se podía sentir humedad. Me tomé mi tiempo y me senté en el retrete para aliviar la creciente presión en mi vejiga y mi cabeza, aprovechando tomé una ducha.

Ahí estaba cohibido mientras el agua caía sobre mí, no podía dejar de pensar en lo de anoche y no paraba de buscar culpables: ¿Fue culpa del hechizo? ¿Fue culpa del alcohol? ¿Fue culpa Jaqueline por no querer ni siquiera besarme? ¿Fue culpa de que he pasado bastante tiempo reprimiendo o tratando de ignorar mis deseos sexuales? Una vez que terminé de secarme, regresé a la habitación para vestirme y descubrí que Rolando finalmente estaba despierto, estaba sentado aún semidesnudo, al verlo solamente desvíe la mirada, ambos estábamos avergonzados.

— "Buenos días", dijo poniéndose sus pantalones. — "Yo… creo que iré a mi habitación…", agregó tomando sus cosas y saliendo.

Me encerré un rato para terminar de vestirme, tenía mensajes de Jaqueline desde anoche, pero hoy temprano escribió que pasaría por mi y que quería hablar conmigo.

Bajé a la cocina. Rolando estaba sentado allí desayunando un plato de cereal y luciendo avergonzado cuando me vio. Rápidamente yo también desvíe la mirada. Sin decir una palabra, me sume a la mesa y también me serví cereal. Ambos permanecimos en silencio y llenos de vergüenza.

El timbre sonó y me paré para irme. — "Te veo en la tarde." le dije y antes de que me alejara mucho me dijo: — "No le digas nada de esto a Jacky…" Me sorprendió que lo dijera, no es como que yo quisiera contarle a mi novia que me besé con mi mejor amigo.

El camino a la escuela fue extraño, platicamos un poco pero la sentía distante, lo mismo en la escuela. — "¡Que bueno que ya te sientes mejor Paola!" decían las amigas de Jaqueline. — "Si, te extrañábamos mucho 🥺" agregó Andrea, todas estaban felices de verme, todas excepto Jaqueline que seguía mostrándose distante.

— "Necesito ir al baño chicas, hem, Jacky, ¿Quieres acompañarme?" le pregunté.

— "Si, vamos."



El baño de mujeres de alguna manera se había convertido en un espacio de chismes o conversaciones cortas mientras cada quien hacía una cosa, tuve suerte de encontrar el baño completamente vacío, traté de acercarme a ella aprovechando que no había nadie pero rápidamente me evadió y se fue al espejo.

— "¿Y qué te pareció el partido de ayer? 🤔" me preguntó.

— "Mmm, uff estuvo muy bueno. 😬" dije fingiendo, ni siquiera recuerdo el segundo tiempo del juego. — "¿Por qué no fuiste a verlo con nosotros?" agregué.

— "Me sentía muy cansada." dijo bajando la mirada.

Recordé que ella me dijo que quería hablar conmigo y aún no ha dicho nada, suspiré fuerte antes de entrar en ese tema.

— "Jacky, ¿Qué te está pasando? 😥 Es como si ya no me quisieras. 😥"

— "No digas eso Paulo. 😔 Pero tienes que entender que todo esto ha sido muy difícil para mí."

— "¡¿Y crees que para mí no?!" pregunté alzando la voz. Hubo un momento de silencio. — "Ya no me amas" dije con un nudo en la garganta.

— "¡Te sigo amando Paulo, pero esto solo se trata de ti!" respondió a la defensiva.

— "Dices eso, pero no creo que sea verdad. Ya ni siquiera me abrazas como solías hacerlo, siempre estás viendo si alguien está viendo. 😥 Ya ni siquiera es como si te diera vergüenza, es como si te estuvieras viendo con alguien más." dije creando mucho drama.

— "¿Qué?" me dijo nerviosamente — "No hay nadie más para mí que tú. ¿Cómo puedes decir eso? He estado contigo todo esté tiempo, apoyándote."

— "¿Entonces qué es?" pregunté.

— "Solo no me siento cómoda estando con una mujer, y no me mal entiendas, te sigo amando a ti como persona, pero no… no me atraes. Lo he intentado pero no puedo." 😥

Comencé a llorar, y nada de lo que ella decía funcionó para consolarme. De hecho, me puse histérico. Comencé a despotricar y delirar contra ella. Nada de lo que pudiera decir importaba un poco.

— "¿Sabes que? Te sigo queriendo Paulo, pero esto no puede seguir así." me dijo dándose la vuelta con la intención de salir del baño, sentí un vacío enorme en mi pecho, sentía que la perdía para siempre.

— "Espera. 😢" la tomé de la mano. — "No me dejes, por favor." 🥺

Jaqueline me abrazó después de esas palabras, siempre tuvo un corazón blando. — "No te dejaré, pero por el momento no podemos ser novios."

El abrazo me relajó mucho, pero no tanto, me negaba a la idea de ser amigos, pero era un trato que no podía rechazar. Nos calmamos un poco, ella dijo que volviéramos al salón, le pedí que se adelantara y así fue. Quedé solo en el baño sintiéndome muy deprimido. Casi había perdido mi hombría anoche, ahora también casi había perdido a Jaqueline. Sabía que aunque siguiera insistiendo, todo había terminado entre nosotros. Simplemente lo sabía, ella no era lesbiana y no había nada que yo pudiera hacer al respecto.


El sonido de cuando le jalas a la palanca del retrete sonó de uno de los cubículos, me puse frío, había alguien y no me di cuenta. La puerta se abrió y la persona salió.

— "Ya se me hacía raro que la nueva jugara tan bien." decía mientras nuestras miradas se cruzaban a través del espejo.

Era Anahí, la portera del equipo de la escuela, además de ser la mejor amiga de Laila también es canterana del equipo local de segunda división.

— "Paulo, Paola, ¿No te rompiste la cabeza pensando un nombre? 🧐" me decía mientras yo estaba en shock. — "Esto es genial."

No me llevaba bien con ella la verdad, pasaba lo mismo que con Laila. En estos momentos ella era más robusta y alta que yo, y que el promedio de mujeres la verdad.

— "¿Estuviste escuchando todo este tiempo? 😰"

— "¡Claro! Me encanta el chisme. 🤭" me decía de una manera burlona mientras se acercaba a lavarse las manos. — "Límpiate la cara, no vale la pena llorar por ella."

— "¿Y tú qué sabes? No sabes nada." respondí a la defensiva.

— "Se cosas, quizás te enteres alguna vez, cómo se enterarán las del equipo de quién eres en realidad." 😌

— "No, por favor. 😰 Todas en el equipo me van a odiar."

— "Tranquila, no le diré nada a nadie solo con una condición." 🧐

— "¿Y cuál es?"

— "Que entrenemos juntas. 🤭 ¿Trato?" dijo dándome la mano.

Todo era tan raro en ese momento, pero acepté. — "Trato." 🤝🏼

— "Perfecto, ahora cuéntame un poco, ¿Cómo te pasó todo esto?"

Anahí me distrajo de todo el drama que había vivido antes, al parecer ella no sabía que Laila fue la que me había hecho esto. Pero la conversación me sirvió para motivarme de buena manera a que aún podía sacarme está maldición.

Volví con Jaqueline y sus amigas, si bien un poco desanimado, acepté la decisión que Jaqueline había tomado y traté de convivir un poco más, a ella se le notaba contenta. ¿A qué se refería Anahí con que no vale la pena llorar por ella? 


12 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Ya te estas tardando en publicar perra que esperas?

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    2. Apúrate perra de mierda

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    3. Chinga tu madre cabron tenle respeto al autor o autora del blog

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    4. No me digan que hacer, yo faltó respeto a quien quiera

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  2. creo que ya estoy viendo por dónde va este asunto xD

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  3. CONTINUALA 😍😍😍

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  4. Ya me pique con la historia de esta poniendo buenisima, pero es triste que aún no salga la siguiente parte... Si les mi comentario por favor podrías responder para aliviar mi duda

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  5. Por favor continuala, tus historias son increíbles

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