Zawja - Capítulo VIII

Zawja - Capítulo VIII

Nueva vida, literal.

Sinopsis: 

Un agente de la CIA famoso por sus peligrosas misiones, es mandado a una misión de infiltración en Oriente Medio.

Esta es una historia basada en la original de Jumboshirmp.

Lista de capítulos:

Capitulo I - Capacitado

Capítulo II - Entrenamiento

Capítulo III - Infiltrado

Capítulo IV - Fasatin Zifaf

Capítulo V - Insha'Allah

Capítulo VI - Mish Awash

Capitulo VII - Llegó el día

Han pasado 2 meses desde el día de mi boda, y me he acostumbrado totalmente a mi nueva vida como Azahara, ahora que vivo con Fateen soy ama de casa, aunque el ser la esposa de un millonario ha facilitado mucho todo pues no he tenido que preocuparme mucho por que falte algo, me acoplé muy bien a mis nuevas amistades y he disfrutado mucho de este cuerpo.

Durante las primeras semanas seguí tratando de no olvidar mi antigua vida y el porque estoy aquí, pero no sucede nada, lo único sospechoso es que a veces Fateen hace juntas de negocios en una sala de la casa, pero no tengo permiso de estar ahí. De todos modos, con el tiempo dejé de preocuparme por eso.

Aunque hay nuevas preocupaciones, la semana pasada Fateen me preguntó sobre como va mi ciclo menstrual y ni siquiera era algo que pasaba por mi cabeza, al principio creía que por ser una transformación no tenía que pasar por eso, pero Fateen insiste en ir al ginecólogo. Así que aquí estoy, en un consultorio ginecológico esperando a ser atendida.

— "Azhara puede pasar la Doctora la espera."

De alguna manera toda la calma que tenía se fue en ese momento.

— "¿Ya está lista mi princesa?", me dijo Fateen.

— "Ya mi príncipe, vamos."

Entramos a la sala y empecé a sentir los nervios recorriendo mi cuerpo, empezaba a caer en cuenta de lo que estaba pasando, ¿Y si realmente voy a ser mamá?

— "¡Muy buenas tardes muchachos, soy la Doctora Salma, un gusto!"

— "Un gusto Doctora, soy Fateen y ella es mi esposa Azahara."

— "¡Mucho gusto!" dije con nerviosismo.

La Doctora Salma nos hizo unas preguntas como; desde cuando no me ha bajado cosa que tuve que inventar alguna fecha por no tener una respuesta, con que frecuencia teníamos sexo y si usábamos protección, algo totalmente irresponsable de mi parte pues no lo hemos usado ni una vez.

— "Perfecto Azahara, necesito que pases por aquí cerca del monitor, y quiero que descubras tu vientre, sube tu blusa a la altura de tus pechos."

— "Si claro."

La Doctora me empezó a aplicar un gel frío y empezó a acercar y mover la sonda por mi vientre.

— "Miren fijamente la pantalla."

Fueron unos segundos de silencio hasta que:

— "¡Ahí está!", dijo la Doctora — "¡Muchísimas felicidades chicos! Está muy sano por lo que puedo ver, tiene buen tamaño y forma."

— "¡Que maravillosa noticia! ¿Escuchaste eso princesa?", me dijo Fateen con total felicidad, tomándome de las manos.

— "No lo puedo creer" dije, en completo shock.

Boquiabierta me quedé viendo la monitor, no podía ser posible.

— "¿Y puede saber cual es su sexo?" preguntó Fateen.

— "Aún no, le falta desarrollo, será dato para otra visita" respondió la Doctora, mientras me pasaba papel para que me limpiara. — "No se vayan aún, les daré una copia del ultrasonido en vídeo y en imágenes."

— "Si claro, nos encantaría" respondió Fateen.

— "Ese es nuestro bebé" le dije a Fateen, con lagrimas en los ojos.

— "Así es mi princesa, serás la mamá más hermosa del mundo y siempre estaré con ustedes, jamás te dejaré sola" me dijo, dándome un profundo beso.

El resto del día fue extraño, seguía en estado de shock, no era tan fácil de asimilar, pero pues, ya no había marcha atrás, la noche llegó y necesitaba liberar todo el estrés y que mejor que tener un marido para eso. El estrés empezó a convertirse en emoción.

Y con esa emoción me preparé para la noche, me vestí con un vestido rojo pegado a mi curvilíneo cuerpo. Tenía un gran escote, con una fina tela desde la cintura hasta el cuello que cubría mis pechos.

Las pequeñas tiras de tela no hacían mucho para cubrirme los pezones que poco a poco se ponían más duros. Y fui a donde el estaba, los ojos de Fateen bajaron para ver que el vestido estaba cortado por delante y se abría dejando al descubierto mis largas piernas. 

Fateen se movió hacia mi como si fuera jalado por hilos que yo controlaba. Se acercó a mi y en pocos segundos pudo sentir mis manos acariciando la parte delantera de sus pantalones, frotando su duro pene mientras me besaba. Con facilidad, le baje la cremallera de los pantalones y en pocos segundos me arrodillé llenarme la boca con el pene de mi esposo, con mis labios rojos y oscuros tragándomela entera. 

Fateen jadeaba de placer, deslizó una mano por detrás de mi cabeza y la atrajo con fuerza hacia él, mientras empezaba a moverse. Cuanto más tiraba de mi cabeza, más profundo parecía entrar en mi garganta. — "Esto es jodidamente increíble", dijo Fateen, el escuchar eso me llenó de excitación dándome cuenta de que realmente había algo en esto que me hacía sentir que las mujeres ejercían un control sobre los hombres.

Hasta yo estaba sorprendida de lo buena que era mientras seguía bombeando con mi boca cada vez más rápido, con mis labios húmedos envolviendo fuertemente su pene hinchado. Levanté la vista para verle y Fateen pudo ver cómo se formaba una sonrisa en mis labios mientras lo devoraba.

— "¡Oh, sí! Sigue sigue" decía Fateen, gimiendo, mientras me agarraba la cabeza con ambas manos, yo empezaba a bombear furiosamente en mi boca. "Espera, oh por dios, espera", aulló Fateen mientras trataba de apartarse. Pero en unos instantes, explotó, mi garganta se llenó con su semen, y seguí bombeando salvajemente para drenar cada gota sin darle oportunidad de rendirse. 

Agotado, Fateen tiró de sus caderas hacia atrás cuando se oyó un chasquido y su pene cayó de mi boca.

— "Bueno, eso fue divertido para empezar", le dije sonriendo y mordiéndome los labios. — "Ahora, veamos qué más tienes".

Fateen me devolvió la sonrisa, me ayudó a levantarme, y sin importarle lo que acababa de hacer me besó, — "Ni creas que ganaste, esto apenas acaba de empezar." me dijo antes de hacerme pasar una muy buena noche.

La noticia se fue como pólvora, mis padres, en especial mi madre estaba encantada con el hecho de que sería abuela, Iris y Dalia están emocionadísimas con ser madrinas y hasta me cuidan de que no beba nada cada que salimos, ya quieren saber que será para empezar a comprar cosas.

Fateen cada vez es más atento conmigo, y me confesó que quiere un varón, yo realmente no me he detenido a pensar seriamente que es lo que quiero, pero estoy tan enamorada de el, que ojalá sea un varón para verlo feliz.

Diría que todo marchaba bien, hasta que un día Fateen salió más apurado que de costumbre en la mañana, yo por mi parte tenía que limpiar y lavar, tanto ajetreo hizo que se acumulara todo. No teníamos sirvientes por decisión mía, quería algo para distraerme.

Entre tanto movimiento vi que la puerta de la sala de juntas estaba mal cerrada, por no decir abierta, y antes de tomar la decisión de entrar fui a la calle para asegurarme que Fateen no estaba por ahí. Mi corazón estaba muy acelerado, era la primera vez que entraba, y una vez adentro empecé a revisar todo, papeles en la mesa, en cajones, en carpetas. No había nada fuera de lo normal, al parecer Fateen trabajaba en la empresa de su papá y todo eran bienes raíces, hoteles, títulos de propiedad, papeles de hipotecas y muchas cuentas.

No podría decir que sentía alivio por que ¿para que estaba yo aquí en este momento? Dando un último vistazo, vi unos papeles desordenados sobre un escritorio, había una computadora encendida, pero bloqueada, no tenía acceso a ella, pero en los papeles y el escritorio por fin encontré algo importante y vaya que lo era.

En primera facturas de compra de armas por millones, si bien el proveedor era Afgano, se de lo que recuerdo, que todo esto viene de Rusia.

Lo segundo era todavía mas oscuro, pues, en las gavetas habían cartas que hablaban de la ejecución de espías y militares norteamericanos en estos meses. Sí esta gente estaba implicada en la misión, significa que la misión fracasó y quedé atrapado aquí.

Un sentimiento de desesperación se empezó a apoderar de mi, respiré profundamente, llevé mis manos a mi vientre y viéndome me dije — "Ya no hay marcha atrás.", procedí a acomodar todo como estaba y cerré la puerta con el seguro por dentro.

Mis planes han cambiado y mi misión ahora es con mi nueva familia.